El maltrato animal ha sido un tema que ha recibido mayor atención en las ultimas semanas en nuestra ciudad debido al suceso de Solovino, ¿lo recuerdas? Si, ese perrito que fue maltratado por personal del Departamento de salud y bienestar animal del municipio de Aguascalientes.
Solovino saltó a la fama porque una serie de activistas lucharon e interpusieron denuncias y amparos que lograron su liberación y resguardo, lejos de la violencia que vimos todos en los videos y fotografías que circularon ampliamente en las redes sociales. El maltrato animal pareciera que es una realidad constante, y aparece en otras partes donde la autoridad debería de ser garante o, al menos tener protocolos claros de actuación que permitan el adecuado trato de los animales.
Uno de esos espacios en los debemos colocar más atención es el rastro municipal. Me explico: en noviembre pasado asistí a sus instalaciones, y lo que parecía una simple visita de rutina, se tornó en una preocupación mayor al constatar las enormes deficiencias con que se trabaja allí. Por mencionar sólo algunas, no se cuenta con un laboratorio bioquímico que garantice que los animales que entren estén libres de patógenos; solo funcionan 2 de 9 cámaras frigoríficas para resguardar la carne de los animales allí sacrificados; los desechos son vertidos al relleno sanitario de San Nicolás, pues el incinerador no funciona. Y, por si fuera poco, las pistolas de aire para matar a muchos animales funcionan deficientemente.
¡Lo anterior es muy grave! A diario se sacrifican aproximadamente 1,500 animales de varias especies, cuya carne termina en las carnicerías de toda nuestra ciudad. Básicamente, no hay garantía alguna de que la carne proveniente del rastro municipal haya pasado por el faenamiento adecuado, es decir, que el proceso de sacrificio y obtención de la carne sea realmente en condiciones de salubridad y en apego a las normas federales en la materia. Nuestro rastro municipal no tiene certificación TIF, y aún está muy lejos de tenerlo.
Estoy convencida que es necesaria una convivencia en armonía entre seres humanos y el resto de los seres vivos. A consecuencia del maltrato de Solovino, promoveré desde mi posición de regidora, un estudio a fondo para ver la manera en que se puede perfeccionar la forma en que los funcionarios manejan las vidas animales que tienen a su encargo, en el caso concreto del rastro iniciaré los estudios de factibilidad necesaria para que nuestro municipio tenga un nuevo rastro que cumpla con: espacio necesario para recepción de animales, rastreabilidad de los animales que allì lleguen, un laboratorio bioquímico para excluir a animales enfermos, un incinerador de restos, cámaras de congelación suficientes y funcionando y cadenas de entrega reguladas para que lleguen en optimas condiciones hasta las carnicerías de nuestra ciudad. Todo esto es en pro de la salud de todos y de la ciudad que mereces.
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