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RACISMO EN TIEMPOS DEL COVID

Actualizado: 12 jun 2020

“No hay civilización sin estabilidad social.

No hay estabilidad social sin estabilidad emocional”.

Un mundo feliz

Aldous Huxley


En otras participaciones aquí en “A Criterio” he dado testimonio de la falta de altura política de nuestros gobernantes en los tres ámbitos de gobierno, pero pareciera que México no es la excepción y que ahora Estados Unidos con su presidente Donald Trump ha dado la nota frente a la crisis de seguridad pública provocada por el racismo que sigue sin erradicarse en nuestro vecino País del norte.

Resulta lamentable que en estos tiempos en que la humanidad se encuentra con un grado de frustración y de incertidumbre alto, cuando los pastos se encuentran totalmente secos, exista un pirómano con una caja de cerillos y varios litros de gasolina queriendo encender los ánimos de la sociedad estadounidense como lo es Trump.

Pareciera que el gran descontento social por el famoso establishment provocó que Trump llegará al poder por ese gran descontento que existía en la clase media norteamericana, con un discurso nacionalista y con un mensaje radical, señalando enemigos comunes como los mexicanos que son la sociedad que va y les roba sus trabajos a los norteamericanos, así hace tres años Trump se ganó a un electorado, de ver las mismas caras repartiéndose el poder en Estados Unidos.

El eje de su administración no ha cambiado, su mensaje es el de la radicalización y el encono entre la sociedad estadounidense, las disparidades sociales y el discurso han provocado que la sociedad se encuentre alterada y molesta. Pero eso a Trump no le interesa, su mente esta puesta en la reelección, pero eso lo ha hecho perder la perspectiva; y de un momento a otro el discurso de radicalización se le vino encima como un bumerán.

El descontento por la desigualdad social y racial en Estados Unidos está mostrando el gran enojo social de un sector de la población que se encuentra en franco descontento, el hecho de que las manifestaciones tengan una repercusión tan fuerte en las zonas de mayor peso económico deja en claro la grave grieta social que existe en el vecino país.

Este momento de descontento racial y social que se está presentando en Estados Unidos, deja en claro dos cosas que debemos tener muy presentes los mexicanos:

1.- La dura división social nunca es benéfica para el desarrollo armónico de un país, el gobernante no debe, ni puede, ser el principal pirómano de su país, esto lo deja ver con una baja estatura política y de una nula calidad humana.

2.-Hacer un proyecto de gobierno basado en un discurso de encono, tarde que temprano lleva a que se incendien las praderas, pues no es lo mismo hacer ese discurso siendo candidato, a seguirlo llevando cuando se es gobierno.

Esta lección de lo sucedido en Estados Unidos, nos lleva a valorar lo que estamos viviendo en nuestro país en el caso del joven Giovanni en el Estado de Jalisco, como la sociedad tomó represalias contra los cuerpos policiales de esta entidad y en gran medida por el manejo que han hecho en las redes sociales, y también por otra parte, por ese juego perverso de los intereses partidistas ahí representados provocando un zafarrancho de esta envergadura.

¿Qué no logramos entender la magnitud del problema de salud y económico que nos está provocando el Covid en nuestro País y en el mundo?

¿Acaso no logramos dimensionar el nivel de incertidumbre social que existe en México, y que está provocando altos índices de violencia intrafamiliar, inseguridad donde los grupos delictivos no dan tregua ni en los tiempos de la pandemia?

¿Qué está sucediendo con la sociedad mexicana que somos los únicos que atacamos a nuestros héroes de la salud?

Insisto, la pradera está muy seca y tenemos un pirómano con gasolina y cerillo en mano cada mañana queriendo incendiar el clima social de nuestro País, no podemos darnos el lujo de dañarnos nosotros mismos, nos necesitamos para salir fortalecidos de este gran reto que estamos viviendo.

Necesitamos un gobierno federal con liderazgo encabezando este proceso para salir adelante, necesitamos que el Presidente no vea la crítica como un desconocimiento a su investidura ni a su responsabilidad, necesitamos un Presidente que, con ese gran liderazgo social, lo traduzca en decisiones de estado reales y efectivas, que dejen de lado el conflicto y el encono.

De verdad señor Presidente en este momento todos nos necesitamos, la certeza y el liderazgo deben hacerse sentir ya, de usted depende que los gobernadores y los alcaldes se obliguen a gobernar con responsabilidad y no en base a la improvisación y al desdén de la realidad.

México exige una actitud acorde a la altura de esta gran Nación que somos, no podemos dividirnos cuando más nos necesitamos, pero como siempre le digo, esa es mi opinión, la mejor opinión la tiene Usted.



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