top of page

La deuda histórica con nuestros pueblos indígenas, A Criterio de Liz Martínez

La deuda histórica con nuestros pueblos indígenas el pasado 9 de agosto se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. El origen de esta celebración es una resolución tomada por la ONU durante el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas.

En México viven 68 pueblos indígenas, que representan más de 11 millones de habitantes, prevaleciendo el Maya, náhuatl, Zapoteco, Mixteco, Otomí, Totonaca, Tzotzil, Tzeltatl, Mazahua, Mazateco, Huasteco, Chol, Purépecha , Tarahumara, Popoluca, Chatino, Amizgo, Tojolabal y Huichol. principalmente.

Según informes de la ONU, en el mundo existen más de 5 mil pueblos indígenas que viven en unos 90 países y hablan la mayor parte de las 7 mil lenguas vivas del mundo. Están constituidos por 370 millones de personas aproximadamente:, que es más del 5% de la población mundial.

A pesar de ello, estos pueblos se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables, encontrándose entre el 15 por ciento de los más pobres.

El objetivo de esta conmemoración es el de fortalecer la cooperación internacional para la solución de los problemas que enfrentan las comunidades indígenas en ámbitos como los derechos humanos, el medio ambiente, el desarrollo, la educación y la salud.

Los pueblos indígenas han heredado y practican culturas y formas únicas de relacionarse con la gente y el medio ambiente. Retienen además, rasgos sociales, culturales, económicos y políticos que son distintos de los predominantes en las sociedades en las que viven.

Las poblaciones autóctonas han buscado durante años el reconocimiento de sus identidades, su forma de vida y el derecho sobre sus territorios tradicionales y recursos naturales. Pese a ello, a lo largo de la historia, sus derechos han sido siempre violados.

Se estima que en territorio mexicano habitan 25 millones de personas que se reconocen como indígenas de los cuales casi el 30% son hablantes de una de las 68 lenguas indígenas que se hablan en el país, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI). Es decir, dos de cada diez personas que vive en el país es indígena.

El Inegi dio conocer que el 24% de la población indígena declaró que experimentó al menos una situación de discriminación en los últimos cinco años.

Las situaciones que prevalecieron fueron recibir insultos, burlas o frases molestas, que los miren de forma incómoda y ser sujetos de amenazas, recibir empujones o jalones, de acuerdo con lo datos obtenidos en la Encuesta Nacional sobre Discriminación del 2017.

Además, el 49.5% de dicha población percibe que sus derechos son poco o nada respetados y las principales problemáticas a las que enfrentan dicho grupo poblacional son: falta de empleo, falta de recursos económicos, falta de apoyo del gobierno en problemas sociales y la discriminación por su apariencia o lengua.Además, el 75% considera que las personas indígenas son poco valoradas por la mayoría de la gente.

Para representantes de pueblos indígenas el desprecio, el maltrato, la discriminación y la indiferencia por su apariencia, son pan de cada día en la vida de sus hermanos originarios, principalmente en las grandes ciudades.

Diversas Situaciones nos hacen pensar que el mexicano tiene un doble sentimiento cuando Donald Trump discrimina a nuestros connacionales y nosotros discriminamos a nuestros iguales por las calles.

Los pueblos indígenas no deben ser considerados sólo para la puesta en escena de un espectáculo político mediático, como sucedió durante la toma de posesión de Andres Maneul Lopez Obrador, así como cuando se pidió permiso a la Madre Tierra para dar inicio al proyecto “Tren Maya”. Aun cuando en la historia oficial en México no se les reconozca como actores políticos activos, la realidad es otra, pues han luchado de manera permanente, habilitando otras formas de acción política y colectiva que supera los límites de lo instituido. Una de estas refiere a la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, así como Los Acuerdos de San Andrés que cumple 24 años de haberse firmado y sin efectuarse, en los cuales se exigía modificar la Constitución de México para otorgar y reconocer los derechos de los pueblos indígenas, atender las demandas en materia de justicia y equidad, deuda histórica en la que el actual gobierno federal deja mucho a deber y mucha decepción a nuestros grupos etnicos.

En la actualidad, se encuentran sin duda entre las poblaciones más vulnerables y perjudicadas del mundo. La comunidad internacional reconoce ahora que se necesitan medidas especiales para proteger sus derechos y mantener sus culturas y formas de vida.

Nos vemos luego en otro comentario.



2 visualizaciones0 comentarios

Comments


Publicar: Blog2_Post
bottom of page