El arte es reflejo de la sociedad. Muchos lo han dicho, otros lo han reflexionado y solo algunos buscamos que ese reflejo tenga espacios donde expresarse y llegar al público en general. La cercanía que tengo con artistas y diversos agentes del mundo del arte y la cultura, me ha permitido palpar de cerca las necesidades que tienen en su progreso en el complejo mundo que enfrentamos.
En mis talleres he acuñado una palabra que para mí ha sido llave en este proceso: trabajo. Trabajo no solo como una producción constante si no como una experiencia misma, lo he dicho otras veces: no concibo mi vida sin un lápiz en mano. Un trazo que me ayude a reflejar lo que veo, lo que vivo, lo que soy… Pero no termina ahí, el trabajo sobre las plataformas es una parte fundamental pero la exposición, las muestras, la venta, son un reflejo del ambiente que vive el arte en un entorno dado y son sobre todo el puente necesario para el desarrollo y crecimiento del arte en la sociedad.
Aunque en Aguascalientes son bastas las experiencias internacionales en materia de arte, el arte local necesita de un ambiente que le ayude a nutrirse por completo de toda la oferta que existe en el estado. Centros de trabajo, ventas, exposiciones; el estado de Aguascalientes cuenta con un sinfín de agentes culturales que entre gestores, curadores, promotores, animadores y sobre todo artistas, han construido un ecosistema que necesita incubarse y proyectarse para su desarrollo y crecimiento.
No basta una galería, tampoco una feria o los múltiples bazares de arte como oferta cultural. Se necesita un plan de trabajo que, en conjunto con los diversos actores, instituciones y fundaciones, pueda generar un futuro posible para todos los trabajadores del arte y la cultura en general.
No pienso ahondar en el valor de la cultura y el arte en el país, en el estado. No hace falta, quisiera pensar que todos somos conscientes del valor patrimonial que suponen, que implican. Recordar lo valiosa que ha sido la gráfica en diversos momentos de la historia de nuestro país, no se diga el muralismo en el proceso posrevolución o la ruptura de la mano de los artistas como Felguérez que representan y representarán el crecimiento del arte en México y que su actitud de romper el molde hizo posible que muchos artistas el día de hoy podamos hacer y vivir de lo que amamos: producir obras de arte.
El camino que tenemos por delante es complicado, tal vez, pero esos obstáculos se vuelven minúsculos cuando son enfrentados por mentes creativas. Creo firmemente que en el arte local y su estimulación se pinta un panorama de posibilidades infinitas, de crecimiento económico, de reflexión social, de creación de patrimonio y producción de nuevos signos culturales y de identidad que representen lo que significa ser aguascalentense hoy día. Sin duda, muchos confiaron en el arte para esta tarea y el resultado no ha fallado… basta con mirar con atención nuestro pasado y ver que en el arte local se encuentra un tesoro invaluable.
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