Que tal, soy su amigo Alex Serrano, y me da mucho gusto poder tener la oportunidad de saludarles nuevamente por este medio.
El día de hoy, quiero reconocer con mayor énfasis, a quienes han guiado nuestros pasos, y han sido el cimiento de nuestro presente, ellos son nuestros queridos abuelitos.
El 28 de agosto en México tenemos la oportunidad de rendir homenaje a quienes han sido la semilla de lo que ahora somos, a quienes el paso de los años nos han dejado infinidad de enseñanzas pero sobre todo mucho cariño.
No es fácil llevar a cabo la ardua labor de orientar y ser ejemplo de los hijos y más tarde de los nietos.
Los pasos que ellos han recorrido se han visto marcados por una época de grandes cambios, son otros tiempos los que ellos han vivido, debemos entender que era otra realidad la que se vivía, en la que se tenía mayor respeto y amor por las costumbres, todo requería esfuerzo extra, derivado de una exigencia recia y por ende mayor dedicación.
Son seres de luz que fueron educados en una época dorada, llena de valores con el fin de proteger a la familia; reglas y orden, para ser líderes de casa pero nunca dejando de lado el gran apego a las tradiciones familiares.
Esa forma en que ellos comparten las alegrías con los nietos, al grado de volver a ser niños, de la inmensa ilusión de encontrarse, y quien mejor para escuchar las aventuras y fantasías de los pequeños que los abuelos.
Hoy por hoy, y aún y con una posible salud mermada, con el cansancio propio de la edad, siempre están dispuestos a escuchar, aconsejar y brindar su cariño.
Son personajes clave en el buen funcionamiento de la familia moderna, ya que en la actualidad, muchas veces son quienes están a cargo de los nietos cuando los padres trabajan, tarea que los convierte en guías y protectores, siempre con un afán de compartir valores.
En lo personal, recuerdo a mis abuelos… (ANÉCDOTA PERSONAL)
El rol actual de los abuelos se ha incrementado conforme avanza el tiempo, lo anterior derivado del cambio en la sociedad, donde las familias enteras trabajan o en lo particular buscan el desarrollo personal, pero que, a la par, las exigencias educativas exigen mayor dedicación, por lo cual, se ha revalorizado como indispensable el rol de los abuelos sobre los nietos, no solo como apoyo real, sino como un bienestar emocional de los niños.
Además del gran amor y ternura que inspiran, debemos tenerles paciencia, no es nada fácil adaptarse a los grandes cambios tecnológicos, a los roles, y a diversas corrientes de pensamiento que ponen a prueba la destreza y la forma de vida con la que ellos crecieron.
Día a día, debemos ayudarles a sentirse valorados y ser partícipes de la sociedad, no solo por lo que fueron, sino por lo que son.
Todos hemos empezado algún proyecto, alguna etapa de vida, y aún con inexperiencia y con errores, los abuelitos son los primeros en polarizar en forma positiva nuestro andar, en presumirnos como triunfadores aun en nuestros primeros pasos, y hacernos sentir exitosos, son suyos nuestros logros, y les duelen nuestras tristezas.
El amor que dan, es en forma de entrega incondicional, basta con verlos siempre gustosos de ver llegar a su familia y en especial a sus nietos, a quienes sin importar tiempos, dificultades o problemas, hacen gala de la ya conocida “cocina de los abuelos” que siempre nos ha reconfortado y tiene esa magia con sabor a añoranza, a esperanza, a familia.
Gracias por tanto abuelitos, y espero el día de mañana poder ser ejemplo como Ustedes lo son ahora.
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