El dolor y el impacto psicológico causados por la pandemia persistirán mucho tiempo después de la remisión del virus. Cuando acabe la crisis inmediata, mucha personas habrán sufrido pérdidas inimaginables, un gran número habrá perdido a seres queridos, cantidades incalculables se habrán quedado sin empleo y tal vez sin hogar, y varios cientos de millones habrán experimentado la angustia y la soledad del aislamiento social durante la cuarentena. Cuando salgamos de este trauma colectivo, tendremos en nuestras manos la elección de volver a la antigua trayectoria o aprender de la experiencia vivida para tomar mejores decisiones enfocadas a crear nuevos y mejores entornos.
Todavía es mucho lo que ignoramos sobre el virus que paralizó al mundo, pero hay un hecho absolutamente innegable, la pandemia se va a terminar, no sabemos cuando ni como, pero llegará a su fin. Gradualmente hemos ido recuperando cierta dosis de normalidad, sin embargo es importante entender que las condiciones cambiaron, las cosas no volverán a ser como las conocíamos, y por ende debemos estar consientes que lo mas importante por ahora es asimilar el golpe anímico lo mas pronto posible y adaptarnos a la nueva realidad que estamos viviendo.
Pero también habremos ganado algo: la posibilidad de elegir, podemos elegir si queremos ser las mismas personas que éramos antes, o podemos elegir si queremos hacer lo que hacíamos antes, pero también tenemos en nuestras manos la posibilidad de elegir mejores gobernantes y no volver a cometer el mismo grave error que se cometió en la última elección presidencial. Históricamente nuestro país ha estado inmerso en la corrupción y la impunidad, y conforme pasan los años nos damos cuenta que la historia se sigue repitiendo una y otra vez sin importar quien ocupe la silla presidencial. La manipulación y la mentira se han convertido en los instrumentos más atractivos para adquirir adeptos desinformados y molestos, en especial cuando se adopta una falsa identidad de pueblo para alimentar el resentimiento social en cierto grupo de personas, no repitamos los mismos errores, no permitamos que siga pasando este tipo de manipulaciones absurdas en nuestro país.
En nuestras manos está la decisión de seguir igual que antes de la pandemia o de hacer mejor las cosas para crear un mejor futuro para nosotros mismos y para nuestro país. Fuimos forzados a poner en pausa nuestras vidas para poder reencontrarnos, aprendimos a resistir sin dejarnos arrastrar por el miedo a pesar de la psicosis desatada desde un inicio. Pero necesitamos actuar, necesitamos hacer que las cosas sucedan, debemos eliminar los protagonismos, debemos opinar menos y demostrar mas, debemos ser congruentes, debemos dejar a un lado las buenas intenciones y remplazarlas por acciones, debemos dejar de lamentarnos y de justificar nuestros errores culpando a los demás, debemos luchar por nuestros sueños porque nadie va a hacer lo que nosotros no hagamos por nosotros mismos, dejarle la responsabilidad al gobierno o a los demás no hará que las cosas mejoren, y en especial debemos aprender a elegir mejor a quienes nos representan en cualquier nivel de gobierno. Debemos quitarnos el miedo que nos domina y tener la valentía para cambiar las cosas que sabemos que deben cambiar.
Podemos hacer mejor las cosas, quitemos la mentalidad derrotista y conformista de nuestras vidas, dejemos de pensar que solo en otros países se crean y desarrollan proyectos de innovación tecnológica, dejemos de ser tan dependientes y hagamos de México un país líder en el desarrollo científico y tecnológico para mejorar el nivel de vida de las personas y fortalecer el mercado interno, después de la pandemia por supuesto que podemos ser mejores como sociedad y como país.
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