En la página oficial del Banco Mundial nos muestra que son ya 5 créditos los que ha solicitado el gobierno de México en estos primeros 18 meses de administración de Andrés Manuel López Obrador.
Resaltando que en lo que va del sexenio suman un total de 2 mil 130 millones de dólares equivalente a 5 préstamos solicitados, mientras que, en toda la administración de Enrique Peña Nieto, sumaron la cantidad de 2 mil 331 millones de dólares en 12 líneas de crédito.
Es decir que haciendo Comparación de ambas cifras: la diferencia es mínima, situación preocupante tomando en cuenta que Andrés Manuel ha endeudado al país indiscriminadamente en solo 18 meses mientras que Peña cerro su sexenio con casi la misma cantidad en 2018, y con esto México forma parte ya de los 10 países con mayor deuda externa.
Este dinero llega además en una coyuntura representada por una de las mayores crisis económicas y sociales a las que hemos enfrentado a causa de la pandemia, EL presidente Señalo que se trataba de un préstamo “de rutina” y hace énfasis también en el discurso del ahorro de 500 mil millones de pesos por la concentración de los recursos de los 281 fideicomisos que elimino por decreto en abril de este año.
Cabe señalar que el Gobierno de México sigue sin poder superar la mayor de sus limitaciones, muchas veces impuestas por ellos mismos, la cual está representada en la toma de decisiones de una sola persona, sus creencias y motivaciones, por su parte el Subsecretario de Hacienda dice que se informó que este crédito no se utilizará para atender la crisis sanitaria, sino que está destinado para políticas de desarrollo, como un instrumento financiero general que no va ligado a una actividad específica.
Dejando a un lado las contradicciones y las inconsistencias que todos sabemos en el discurso presidencial, es imprescindible que surja un mensaje homologado, desde el presidente si así lo quiere, pero que se dejen los dobles discursos y el cruce de información, porque sólo se consigue confundir más un panorama de por sí ya alebrestado e incierto.
Debió ser prioridad desde que supimos de la seriedad del brote, minimizar el impacto a la salud de las familias mexicanas mediante estrategias precisas y empáticas, no a través de mensajes encontrados ni desinformación. Lo anterior, sin que signifique que se deba olvidar el aspecto económico y las repercusiones que ha sufrido colateralmente.
Hoy por hoy estamos en la disyuntiva en la que se considera ya el regreso a las actividades económicas, ante a una población cada vez más mermada por el COVID Y que, a pesar de las predicciones de los especialistas en salud, no deja de incrementar el número de contagios y fallecidos en México,
Veremos pues que es más importante para el Gobierno Federal, si la economía, la salud de los mexicanos o simplemente llegar al 2021 con la mayor cantidad de voluntades compradas.
Nos vemos luego en otro comentario
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